Formatear un SSD NVMe puede parecer un paso sencillo, pero las particularidades de esta tecnología y las configuraciones de firmware exigen atención al detalle. En FixData, con más de 20 años restaurando información en todo tipo de dispositivos, hemos detectado patrones de errores frecuentes que, si no se corrigen, impactan directamente en el rendimiento, la vida útil y la seguridad de tus datos. A continuación te explicamos, con conexiones fluidas entre cada bloque, cuáles son esos fallos típicos y cómo evitarlos paso a paso.

Seleccionar un sistema de archivos inapropiado

Uno de los errores más comunes al formatear un SSD NVMe es elegir un sistema de archivos pensado para discos mecánicos o para compatibilidad máxima, en lugar de uno optimizado para memorias flash. Por ejemplo, usar FAT32 o exFAT para particiones de gran tamaño puede provocar limitaciones en el tamaño máximo de archivo (4 GB en FAT32) y carecer de funciones avanzadas como cuotas, snapshots o permisos granulares.

Para entornos Windows, NTFS es la opción recomendada: soporta volúmenes de gran capacidad, compresión y cifrado nativo (BitLocker), acelerando la gestión de los datos y reduciendo la fragmentación. En macOS, APFS está diseñado específicamente para unidades SSD: aprovecha TRIM nativo, clones de archivos instantáneos y cifrado completo por volumen. En Linux, Ext4 o XFS con journaling activo ofrecen estabilidad y velocidad, pero si buscas funciones avanzadas de snapshots, Btrfs o ZFS pueden ser más adecuados, siempre que dispongas de la memoria suficiente para su cacheo en RAM.

Antes de formatear, revisa el uso que darás al SSD y el sistema operativo principal de tu equipo. Elegir el sistema de archivos correcto no solo evita limitaciones de compatibilidad, sino que maximiza la vida útil de la memoria NAND al equilibrar lecturas/escrituras y permitir el uso eficiente de TRIM.

No alinear correctamente las particiones

La alineación de particiones es un paso crítico en SSD NVMe que muchos usuarios pasan por alto al formatear desde herramientas por defecto de Windows o macOS. En discos mecánicos, las particiones empezaban en el sector 63 o 2048, pero en SSDs NVMe la alineación óptima se logra comenzando la primera partición en el sector 2048 (1 MiB). De lo contrario, cada operación de lectura o escritura puede implicar dos accesos físicos en lugar de uno, generando latencias más altas y un desgaste innecesario de la memoria.

Para evitar este error, utiliza la consola de administración de discos de Windows (diskpart) o el comando parted en Linux/macOS. En diskpart, tras seleccionar el disco con select disk X, ejecuta create partition primary align=1024 para garantizar el inicio en el byte 1 048 576. En parted, inicia con mklabel gpt y luego mkpart primary 1MiB 100%. Estas acciones aseguran que las particiones estén perfectamente alineadas con las páginas de la memoria NAND y las páginas de bloques, reduciendo escrituras dobles y aumentando el rendimiento sostenido del SSD NVMe.

Formatear sin actualizar el firmware previo

Muchas veces el formateo se hace inmediatamente después de instalar el SSD NVMe, sin considerar que el fabricante haya liberado actualizaciones de firmware que corrigen bugs de memoria, mejoran la gestión térmica o añaden soporte a nuevas funciones de host. Formatear antes de aplicar la versión más reciente puede resultar en problemas de incompatibilidad con el controlador PCIe del sistema, lecturas/escrituras erráticas o sobrecalentamientos que detonan protecciones TCO (thermal control).

Para evitarlo, visita la web oficial del fabricante de tu SSD (Samsung, Western Digital, Seagate, etc.) y descarga la última actualización de firmware antes de formatear. Utiliza la herramienta propietaria (Magician, WD Dashboard, SeaTools) y sigue las indicaciones: conecta el SSD directamente al puerto M.2 o U.2 principal, desactiva el arranque seguro y cierra todas las aplicaciones. Una vez terminado, reinicia y verifica la versión con software como CrystalDiskInfo o el propio dashboard. Solo entonces formatea bajo la configuración deseada, de modo que tu unidad arranque con un código de firmware optimizado y libre de errores conocidos.

Emplear herramientas de formateo inadecuadas

Otro tropiezo frecuente es confiar en utilidades genéricas o mal adaptadas: algunas versiones antiguas de Disk Utility en macOS omitían enviar comandos TRIM a terceros SSD, y ciertos gestores de particiones de terceros no reconocen volumetrías NVMe mayores a 2 TB o no soporta GPT. Formatear con estas herramientas puede producir volúmenes inaccesibles o que no liberan bloques correctamente, provocando un desempeño degradado tras unas cuantas operaciones de escritura.

La recomendación de FixData es siempre usar herramientas oficiales del fabricante o bien aquellas actualizadas para NVMe:

  • Windows: Administración de discos nativa, diskpart o el software del fabricante.
  • macOS: Disk Utility en versiones recientes de Big Sur en adelante, o la línea de comandos diskutil apfs create.
  • Linux: parted, gdisk o nvme-cli combinado con mkfs.ext4/mkfs.xfs.

Si necesitas una solución multiplataforma o con interfaz gráfica, asegúrate de que la herramienta indique explícitamente soporte para NVMe y GPT. Así evitas errores al formatear y aseguras que comandos de optimización como TRIM y secure erase se envían correctamente.

Omitir el respaldo previo de datos

Formatear un SSD NVMe implica eliminar todas las tablas de particiones y sistemas de archivos, y si no cuentas con una copia de seguridad previa, cualquier dato que necesites quedará irrecuperable con métodos convencionales. Aunque existen técnicas avanzadas de recuperación en laboratorio, evitar la pérdida desde el inicio es la estrategia más segura y económica.

Antes de formatear, en FixData recomendamos:

  1. Clonar la unidad completa usando duplicadores hardware o software de imagen bit a bit (por ejemplo, dd en Linux o Macrium Reflect en Windows).
  2. Verificar la integridad de la copia montándola en un equipo distinto y comprobando que los archivos críticos se abren correctamente.
  3. Mantener el SSD original desconectado hasta asegurarte de que la copia contiene todo lo indispensable.

De esta forma, si un paso tarda más de lo previsto o unes un parámetro equivocado, siempre tendrás una versión íntegra de tus datos sin necesidad de recurrir a servicios de recuperación de información, que aunque profesionales (como nuestro Servicio Express), implican tiempos y costos.

Desactivar o no verificar TRIM

TRIM es el comando que permite al sistema operativo notificar al SSD NVMe qué bloques ya no contienen datos válidos, de modo que la controladora los limpie en segundo plano, manteniendo la velocidad de escritura a largo plazo. Algunos usuarios desactivan TRIM “por seguridad” o formatean usando sistemas de archivos o controladoras RAID que no lo soportan, generando un efecto de “write cliff”: la primera fase de escritura tras un formateo es rápida, pero luego baja drásticamente.

Para garantizar TRIM activo:

  • Windows: asegúrate de que tu NVMe no esté en un arreglo RAID no soportado y ejecuta en CMD con privilegios fsutil behavior query DisableDeleteNotify; debe devolver “0”.
  • macOS: APFS activa TRIM automáticamente en SSD originales; para terceros, habilita con sudo trimforce enable.
  • Linux: monta tu partición con la bandera discard o programa una tarea de fstrim diaria (p. ej., sudo systemctl enable fstrim.timer).

Mantener el TRIM activo prolonga la vida útil y previene caídas de rendimiento. Si observas velocidades de escritura que luego bajan un 50 % o más, revisa inmediatamente la configuración de TRIM antes de volver a formatear.

Ignorar las recomendaciones de alineación de bloques

Más allá de la alineación de particiones, las SSD NVMe manejan internamente bloques lógicos (LBA) que no siempre coinciden con los del sistema operativo. Algunas utilidades permiten ajustar el “block size” o “cluster size” al formatear: usar un valor mayor (por ejemplo, 64 KiB en lugar de 4 KiB) puede mejorar rendimiento de transferencias secuenciales grandes, pero penaliza accesos de archivos pequeños (lectura aleatoria).

Antes de formatear:

  • Analiza tu patrón de uso: si manejas bases de datos con muchos archivos pequeños, mantén clústeres de 4 KiB o 8 KiB.
  • Para video edición o grandes volúmenes de datos lineales, un cluster de 16–64 KiB puede acelerar la copia de archivos de varios GB.
  • En entornos mixtos, opta por 16 KiB y realiza pruebas de IOPS y throughput con herramientas como fio o CrystalDiskMark.

Una mala elección de tamaño de clúster afecta directamente al rendimiento sostenido y a la fragmentación interna, por lo que tomarte el tiempo de evaluar tu caso de uso antes de formatear te ahorrará horas de frustración.

No verificar la salud previa al formateo

Formatear un SSD NVMe con sectores defectuosos o con problemas de firmware agrava las fallas y hace más difícil su recuperación posterior. Siempre realiza un chequeo SMART y monitoriza parámetros fundamentales:

  • Reallocated_Sector_Ct
  • Media_Wearout_Indicator
  • Percentage_Lifetime_Remain

Herramientas como smartctl -a /dev/nvme0n1 en Linux o CrystalDiskInfo en Windows te mostrarán si tu unidad está cerca del final de su vida útil. Si detectas un alto número de sectores realocados o un Wear_Leveling_Count muy bajo, considera reemplazar el SSD antes de formatear o, al menos, clonar y respaldar de forma prioritaria.

En situaciones críticas, puedes recurrir a nuestro Servicio Fix Plus para recibir una guía de envío y asegurarse de que la unidad llega a nuestro laboratorio en condiciones óptimas. Allí realizamos un diagnóstico especializado en firmware y bloques físicos antes de proceder a cualquier formateo forense o recuperación de datos.


Formatear un SSD NVMe implica más que un simple “clic” en la herramienta de formateo. Requiere escoger el sistema de archivos adecuado, alinear particiones, actualizar firmware, usar utilidades compatibles, mantener TRIM activo, dimensionar correctamente el tamaño de clúster y verificar la salud del disco.

Al seguir estas recomendaciones evitarás degradaciones de rendimiento, fallas prematuras y la pérdida irreversible de datos. No olvides siempre realizar respaldos completos antes de cualquier operación crítica y, si algo sale mal, contar con el apoyo de un equipo con experiencia. En FixData, nuestro Servicio Express te brinda diagnóstico inmediato y recuperación ágil en caso de formateos accidentales o fallas inesperadas. Y con Servicio Fix Plus, te acompañamos durante el envío seguro de tu SSD a nuestro laboratorio.

Con estas precauciones, tu SSD NVMe rendirá al máximo y protegerás tu información. ¡Manos a la obra y dale a tu unidad el tratamiento que merece!